Cuando te das cuenta de que tus últimas relaciones no han sido las más idóneas y descubres que tienen algo en común, como las infidelidades, surge una reflexión profunda. Te das cuenta de que, en lugar de ver la relación como un “nosotros”, siempre se ha mantenido una dinámica de “tú y yo”. Esto lleva a replantearte todo tu enfoque sobre las relaciones, algo que no es sencillo. El trauma vivido genera una visión fatalista, sobre todo, hasta el punto de llegar a pensar que una relación completamente fiel es algo casi imposible de lograr.
Sin embargo, este análisis no se refiere a relaciones personales, sino a relaciones comerciales, específicamente dentro de la cadena de distribución. Vivimos en un mundo que no se detiene, donde los mercados son, hasta cierto punto, impredecibles. A pesar de ello, es posible que, dentro de este contexto, exista un compromiso genuino por velar unos por otros.
En el ámbito empresarial, existen dos conceptos fundamentales que a menudo se confunden: la cadena de distribución y la cadena de valor. Ambos están relacionados, pero son distintos. La cadena de distribución se enfoca principalmente en aspectos operativos, buscando optimizar la eficiencia y eficacia en la transferencia de productos entre los diferentes actores dentro de las relaciones industriales. Esta cadena se centra en los aspectos logísticos del proceso, asegurando que los productos lleguen de manera oportuna y en las mejores condiciones posibles.
Por otro lado, la cadena de valor pone el énfasis en cómo cada eslabón dentro de la cadena contribuye al valor final del producto. Esta cadena tiene un enfoque más integral y estratégico, ya que no solo se busca la eficiencia operativa, sino que se prioriza la creación de valor para el cliente final. Así, cada parte del proceso tiene una importancia igual en la creación de un producto que maximice su valor.
Aunque en ocasiones estos términos se utilizan de manera intercambiable, es crucial entender que no son sinónimos. El modelo de la cadena de distribución surgió primero, centrado en optimizar los procesos logísticos, mientras que el concepto de cadena de valor amplió esta visión al considerar el impacto de todas las partes del proceso en el producto final. En resumen, mientras que la cadena de distribución se enfoca en garantizar la eficiencia en el movimiento de productos, la cadena de valor busca integrar y maximizar el aporte de cada etapa del proceso para ofrecer un producto que satisfaga de manera óptima las necesidades del cliente final (Tom Yorke, 2023).
Es posible que muchos piensen que una gran industria o empresa podría adoptar el concepto de cadena de valor en lugar de una cadena de distribución, ya que esto podría parecer una contradicción con el principio defendido por Philip Kotler sobre el poder de negociación del proveedor. Según Kotler, depender de un número limitado de proveedores para ciertos materiales o servicios puede generar costos adicionales y cuellos de botella que hagan que todo el proceso sea más lento y costoso. Este principio subraya la necesidad de una cierta flexibilidad y diversificación en la cadena de suministro.
Sin embargo, esta afirmación no es necesariamente correcta. Es cierto que las grandes empresas tienen que tomar en cuenta la eficiencia operativa, pero también hay empresas que logran integrar la cadena de valor de manera efectiva. La clave está en la cultura organizacional de cada compañía. Algunas prefieren priorizar la integración y colaboración dentro de su cadena de valor, considerando que cada actor en el proceso es esencial para la creación de un producto de alta calidad. Por otro lado, otras empresas se enfocan en la eficiencia operativa y la reducción de costos como su principal objetivo, sin profundizar tanto en la colaboración entre todos los actores de la cadena.
Un ejemplo de una empresa que ha logrado integrar la cadena de valor de manera efectiva es Repsol, S.A., una multinacional energética y petroquímica española. Esta empresa ha adoptado políticas que reflejan un compromiso con el medioambiente en todos los niveles de la organización. Su filosofía se integra a la cadena de valor, no solo con sus colaboradores internos, sino también con contratistas, proveedores y socios estratégicos. Repsol promueve un entorno laboral seguro y sostenible, con un enfoque en salud, seguridad y respeto al medioambiente.
En línea con su compromiso, Repsol se adhirió a los Principios Voluntarios en Seguridad y Derechos Humanos de las Naciones Unidas desde el año 2000, lo que garantiza que sus operaciones en zonas sensibles se realicen bajo un marco de respeto a los derechos humanos. Además, Repsol reconoce el papel fundamental de sus proveedores dentro de la cadena de valor, lo que la llevó a establecer un Código de Ética y Conducta para Proveedores. Este código fomenta relaciones recíprocas y beneficiosas para todas las partes involucradas. La compañía también ha implementado un Plan de Impulso a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), alineado con su objetivo de lograr Cero Emisiones Netas para 2050 y con la Agenda 2030 de las Naciones Unidas (REPSOL, 2024). Conoce sobre su cadena de valor aquí.
Aunque en teoría parece que todo está bien y que no hay más que hacer, la realidad es que adoptar políticas e iniciativas como las de Repsol implica una constante revisión y mejora. Si la empresa no cumpliera con sus propias políticas, sus colaboradores, contratistas, proveedores, socios estratégicos y clientes podrían exigir responsabilidad. Esto está relacionado con una conversación previa que se tuvo con Guy Chambers, quien fue consultado sobre qué se debe hacer cuando una empresa no está cumpliendo con sus compromisos. Su respuesta fue clara: Exigir responsabilidad. La siguiente pregunta: ¿A quién? “A cualquier empresa que no siga los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre las Empresas y los Derechos Humanos, o que no respete su propio código de conducta corporativa, debe ser denunciada. En última instancia, el líder (director ejecutivo) de la organización es responsable de las acciones y comportamientos de la empresa. Esto es difícil, especialmente para las grandes organizaciones. Pero es vital. Si no es el líder, ¿quién es responsable?”
Hoy en día, los consumidores tenemos más poder y posibilidad de ser escuchados. Los avances tecnológicos han permitido que comunidades de consumidores surjan de manera orgánica, y que estas comunidades rechacen la intrusión no deseada. Para conectar con estos consumidores, las marcas deben pedir permiso, y más que actuar como vendedores insistentes, deben comportarse como amigos sinceros. Al final, sin un negocio que funcione, no hay cliente, y sin clientes, no hay negocio. Esta relación horizontal permite que las marcas sigan utilizando estrategias tradicionales, pero siempre acompañadas de transparencia.
Con las redes sociales en control, cada uno de nosotros, como consumidores, tiene el poder de evaluar y cuestionar las promesas de las marcas. Solo aquellas que logran un consenso comunitario y operan de manera transparente evitarán ser percibidas como una fachada y ser consideradas falsas e hipócritas (Ramírez, 2021).
Como hemos podido observar en los escritos teóricos de esta sección, no se trata solo de señalar las fallas, sino de reconocer que cada uno de nosotros tiene deberes y derechos, y es nuestra decisión si hacemos uso correcto de ellos o no. Recordemos que toda acción u omisión nos hace, de alguna manera, “cómplices” de los resultados. No se trata de analizar qué tan culpables somos por los eventos pasados, sino de cómo actuamos hoy para mejorar el mañana.
Satoricha ~
Referencias
REPSOL. (2024). Cadena de valor: qué es, beneficios y para qué sirve. Repsol. Retrieved December 22, 2024, from https://www.repsol.com/es/energia-futuro/personas/cadena-de-valor/index.cshtml
Tom Yorke. (2023, Agosto 3). 'Value Chain' Definitions and Characteristics. Cambridge Institute for Sustainability Leadership (CISL) |. Retrieved December 22, 2024, from https://www.cisl.cam.ac.uk/files/pdf_-_value_chains_definitions_2024.pdf
Ramirez, M. D. (2021, 01 05). “MUNDO NUEVO” DEL MARKETING 4.0. Investigación Y Desarrollo, 3, 73 - 82. https://dicyt.uajms.edu.bo/revistas/index.php/investigacion-y-desarrollo/article/view/9