La afirmación de Graham Greene en su libro El final del affaire —"Una historia no tiene ni principio ni fin: uno elige arbitrariamente un momento de la experiencia desde el cual mirar hacia adelante o hacia atrás"— encierra mucha verdad. La saga, Compañías, Reinos & Guerras, que ha sido la más extensa de Satoricha hasta la fecha, también llega a su fin con este escrito. Sin embargo, es un final arbitrario, ya que la historia siempre está en constante creación y transformación, y los efectos de lo narrado en esta saga siguen latentes hasta hoy.
En el escrito anterior de Compañías, Reinos & Guerras, se abordó el motín del té. Debemos recordar que este escrito es una continuación del interludio de los dos Roberts en la historia del té, específicamente del botánico Robert Fortune. Se mencionó que Fortune llegó a China en un momento crucial del contexto sociopolítico de la era que estaba relacionado con el té, resumido en los primeros tres escritos de la saga. Sin embargo, había un suceso que se discutiría hasta el gran final. Robert Fortune no solo vivió el inicio y desarrollo de este evento, sino que estuvo en el ojo del huracán; cualquier error en su misión podría haberle costado la vida.
Zexu (n.d.) menciona que lo sucedido en China desde 1839 hasta 1860 moldeó lo que ahora conocemos como la China moderna. En el siglo 19, Inglaterra, Francia y los Estados Unidos se expandían ferozmente a lo largo del mundo, incrementando su influencia en Occidente. Estas tres naciones eran consideradas las potencias occidentales de la época. En Compañías, Reinos & Guerras se ha explicado cómo los distintos reinos expandían su poderío a través de sus "compañías". Este poder no se caracterizaba por la negociación, sino por la fuerza, creando el clima perfecto para las guerras. Zexu (n.d.) afirma que, a diferencia de otros países, China mostró resistencia a la influencia de las potencias occidentales, aunque finalmente también sucumbió ante el industrialismo, el mercantilismo y el poderío militar de estas naciones.
En cuanto al comercio, Zexu (n.d.) relata que en la Dinastía Qing se estableció un único puerto para el comercio con extranjeros: el puerto de Guangzhou. Además, solo aquellos con licencia podían comerciar con extranjeros. Los británicos estaban encantados con el té, la seda y la porcelana del mercado chino, mientras que los chinos compraban poco o nada a los británicos, lo que inclinaba la balanza comercial a favor de China. La gota que colmó el vaso fue que todas las transacciones debían pagarse en plata. Sin un comercio circular, China recibía plata, mientras que los británicos luchaban por obtenerla para seguir comprando, y como se ha visto a lo largo de esta saga, la Corona no tenía la palabra "perder" en su diccionario.
Ante una desventaja comercial con China y la necesidad de pagar con plata, los británicos idearon una solución. Zexu (n.d.) menciona que, aunque los británicos compraban seda, los chinos compraban algodón producido en la India. Los británicos empezaron a ofrecer otro producto indio: el opio, utilizado con fines recreativos. Esto inclinó la balanza comercial a favor de los británicos. Zexu (n.d.) afirma que, a comienzos del siglo 19, el consumo recreativo de opio era una tendencia en China, pero esta recreación se convirtió en adicción. Quienes dejaban de fumar opio sufrían efectos secundarios e incluso morían, lo que llevó al gobierno a prohibir la producción e importación del opio. Años más tarde, en 1813, se estableció que todo aquel que fumara opio debía ser golpeado 100 veces.
Esto significaba "perder" para los británicos. Zexu (n.d.) declara que la Compañía Británica de las Indias Orientales contrató a comerciantes británicos y americanos privados para contrabandear opio hacia China, y para 1830 había más de 100 contrabandistas chinos que, en solo cuatro años, derribaron el monopolio de la Corona bajando sus precios. Zexu (n.d.) menciona que, en solo 30 años, China pasó de importar 4,500 cofres de opio a 40,000. Esto no solo causó un daño social debido a la adicción, sino que también resultó en una gran pérdida de plata para el imperio chino.
Pletcher (2024) sostiene que la Primera Guerra del Opio surgió como una escalada a las medidas prohibitivas del imperio sobre el comercio y contrabando de opio. Comenzó cuando la fuerza naval británica atacó un bloqueo en el río Zhu Jiang y envió una fuerza de expedición que ocupó la ciudad de Cantón. Después de largos meses de negociación y una ofensiva del imperio, se logró una paz frágil con el Tratado de Nankín. Este establecía que China debía pagar a Inglaterra una indemnización para devolver Hong Kong a China (lo que no ocurrió hasta años después) y abrir puertos para el comercio con extranjeros. Esto llevó a que otros países occidentales quisieran el mismo trato.
Pletcher (2024) menciona que, durante este suceso, China estaba abrumada por la Rebelión de Taiping, que afectaba su situación sociopolítica. La Corona británica, buscando aumentar sus permisos de comercio en China, creó "una escena de teatro" que escaló el conflicto en 1856, cuando oficiales del imperio abordaron un barco británico y arrestaron a varios miembros chinos de la flota, presuntamente bajando la bandera británica.
Esto provocó una escalada en la que no solo participaron los británicos, sino también los franceses, usando como motivo el asesinato de un misionero francés en China en 1856. Esto trajo años de guerra, captura de tierras e imposición cultural en China. Un ejemplo fue el Tratado de la Convención de Pekín, que consideraba tratados previos y otorgaba a los británicos toda la parte sur de la península de Kowloon hasta Hong Kong.
Podríamos pensar que un conflicto como este termina con una negociación para volver a la normalidad o cambiar de alguna manera, pero las cicatrices permanecen. El precio de la avaricia es tan alto que hoy seguimos pagándolo.
En la sección La Ruta del Sabor se revelará cómo años de explotación británica han moldeado un país hasta hoy. Como dijo Karl Marx: "Charlar y hacer son cosas diferentes, más bien antagónicas". Es nuestro deber conocer la historia y esforzarnos por no repetir los errores de nuestros antepasados. Seamos catalizadores de cambio positivo.
¡Hasta la próxima!
Satoricha ~
Referencias
Pletcher, K. (2024, June 17). Opium Wars | Definition, Summary, Facts, & Causes. Britannica. Retrieved July 28, 2024, from https://www.britannica.com/topic/Opium-Wars
Zexu, L. (n.d.). The Opium Wars in China. Asia Pacific Curriculum. Retrieved July 28, 2024, from https://asiapacificcurriculum.ca/learning-module/opium-wars-china