En lo que respecta a Sagas y Relatos del Té, hemos cubierto una cantidad considerable de historias, aunque ni siquiera representan el 1% de todas las que existen sobre el té, y aún menos de aquellas que esperan ser inmortalizadas en palabras escritas.
Podemos decir que tenemos una noción sobre los dos "orígenes" más conocidos y que hemos explorado cómo ciertas "empresas" moldearon no solo la industria del té, sino también países y culturas.
Sin embargo, aún no hemos abordado cómo el té fue llegando a distintos países y cómo, con el tiempo, se fue adaptando y tropicalizando hasta integrarse en la cultura de cada lugar al que se exponía. Pensándolo bien, esto podría convertirse en una serie de escritos interesantes, organizados cronológicamente, al estilo de Compañías, Reinos y Guerras.
Este escrito en particular no tratará directamente ese tema, pero sí tendrá algo relacionado: la hospitalidad.
Podría encajar perfectamente en La Danza Sensorial, La Ruta del Sabor o incluso en Recetas con Garra. Sin embargo, formará parte de Sagas y Relatos para ilustrarnos con eventos históricos que nos permitan reflexionar sobre cómo estos han establecido ciertos estándares en la hospitalidad, o incluso cómo podríamos mejorarlos.
De hecho, este escrito nos ayudará a comprender más a fondo la ceremonia del té japonesa, conocida como Chanoyu.
Cuando uno se adentra en temas relacionados con la historia del té, suele escuchar sobre Lu Yu, también conocido como "El santo del té", quien escribió la obra Cha Jing, "El clásico del té", durante la dinastía Tang. Como mencionamos en Dinastías e Infusiones, esta época se vio marcada por reformas y avances culturales. Sin embargo, pocos conocen a otros referentes como Sen no Rikyū en Japón.
Zavadckyte (2017) menciona que el proceso de adopción de la cultura del té en Japón no ocurrió de un día para otro. Fue una serie de intentos constantes para tropicalizar esta nueva cultura proveniente de China. Con el tiempo, el té captó la atención de la clase alta y se convirtió en un símbolo de estatus. Era común el uso de utensilios chinos como una forma de demostrar riqueza y sofisticación.
Gracias a las enseñanzas de su maestro y la incomodidad que le causaba ver esta falta de formalidad y exceso de extravagancia, en el siglo XVI, Sen no Rikyū decidió estandarizar los primeros avances de la ceremonia del té japonesa. Su enfoque se basaba en la modestia y en resaltar el arte japonés, promoviendo el uso de utensilios locales y fomentando la satisfacción en la simpleza.
Por supuesto, esta es una versión simplificada de la influencia de Sen no Rikyū. Sin embargo, para los fines prácticos de este escrito, basta con conocer su enfoque en la simplicidad y la modestia.
Greene & Elffers (2010) mencionan lo siguiente:
Cierto día, Rikyū y su hijo se dirigían a la casa de unos conocidos para participar en la ceremonia del té. En el camino, el hijo comentó que el hermoso portón antiguo en la entrada de la casa confería una apariencia de melancólica soledad. "Yo no lo percibo así", respondió el padre. "Da la impresión de que lo han traído de algún distante templo de las montañas, y creo que el trabajo de acarrearlo hasta aquí debe de haber costado mucho dinero". Si el dueño de la casa había puesto tanto esfuerzo en una puerta, ello se revelaría en la ceremonia del té. Y, en efecto, Sen no Rikyū tuvo que retirarse antes de tiempo, incapaz de soportar la afectación y el esfuerzo que inadvertidamente revelaba el ritual.
Otra noche, al tomar té en la casa de un amigo, Rikyū vio a su anfitrión salir al jardín, levantar una linterna en la oscuridad, cortar un fruto del limonero y llevarlo a la habitación. A Rikyū le encantó aquel gesto. El anfitrión necesitaba un toque de sabor para el plato que estaba sirviendo y había salido a buscarlo. Pero cuando el hombre sirvió el limón con una torta de arroz de Osaka, Rikyū se dio cuenta de que el gesto había sido planeado de antemano. No había sido espontáneo, sino una forma de demostrar su refinamiento gastronómico. Para Rikyū fue suficiente. Con cortesía rechazó la torta, se disculpó y se retiró.
En otra oportunidad, el emperador Hideyoshi había planeado visitar a Rikyū para la ceremonia del té. La noche previa a la visita, comenzó a nevar. De inmediato, Rikyū colocó unos almohadones redondos sobre las lajas del camino del jardín, cubriendo con exactitud cada una de ellas. Se levantó poco antes del amanecer y, al ver que había dejado de nevar, retiró los almohadones. Cuando llegó, Hideyoshi quedó maravillado ante la belleza del jardín: las lajas, de redonda perfección, libres de nieve en medio del parque nevado. El efecto no llamaba la atención hacia la preparación meticulosa, sino solo hacia el gesto cortés del anfitrión.
A primera vista, los relatos de Greene & Elffers podrían hacernos pensar que Sen no Rikyū era una persona difícil de complacer. Sin embargo, la verdadera enseñanza va más allá. Estamos acostumbrados a pensar que los lujos, la extravagancia y la complejidad son sinónimos de alta calidad y belleza.
Esto es algo que se observa en el mundo de la hospitalidad, donde a menudo se cree que un platillo con un precio exorbitante dentro de una torre tiene más valor que uno de un puesto callejero. Pero la hospitalidad no se trata de aparentar tener lo mejor o de demostrar exclusividad. Muchas veces, al partir de esa premisa, solo logramos hacer copias ligeramente modificadas de lo que ya existe.
Un ejemplo de esto se ve en las redes sociales, donde muchos buscan destacar y volverse virales. Siguen tendencias, lo cual es válido, pero estas son pasajeras: así como llega una, eventualmente surge otra.
La clave es la autenticidad. Ser genuino no significa ser conformista o no prepararse. Sen no Rikyū se preparaba con antelación, cuidaba cada detalle, al igual que aquellos que lo invitaban a la ceremonia del té. La diferencia radicaba en que él lograba que sus acciones parecieran simples y naturales.
Es fácil parecer creíble cuando se es genuino.
Lo irónico es que, aunque muchas personas se quejan de recibir órdenes constantemente, siguen esperando instrucciones para cada paso que dan. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿estamos viviendo nuestra vida o estamos dejando que otros la vivan a través de nosotros?
Satoricha ~
Referencias
Zavadckyte, S. (2017). Japanese Tea: A Comprehensive Guide. Independently
Greene, R., & Elffers, J. (2010). Las 48 leyes del poder (J. Elffers, Ed.). Editorial Atlántida.