En ocasiones, las respuestas que buscamos están justo frente a nosotros, pero somos incapaces de verlas. Recuerdo haber leído en algún libro, por ahí, que las respuestas siempre están a nuestro alcance, pero, debemos quitarnos la venda que cubre nuestros ojos para poder verlas.
Tomando como ejemplo una experiencia reciente, me encuentro fuera de mi país y de mi rutina diaria, lo que muchos llamarían fuera de mi zona de confort. Esto, en absoluto, no me molesta; a veces es justo y necesario romper la rutina y salir de la comodidad, un poco de incertidumbre no es malo.
Cuando tomé un curso impartido por el escritor Guillaume Lamarre, obtuve una nueva perspectiva de vida y una valiosa herramienta para mi caja de herramientas. Lamarre enseñaba que un creativo siempre debe ver cada aspecto de la vida como una historia por contar, solo es cuestión de encontrar la narrativa adecuada para darle forma.
Fuera de mi zona de confort y con una vasta cantidad de historias por contar gracias a los diferentes lugares y personas nuevas en mi viaje, me dije a mí mismo: “¡Tengo el escrito del domingo asegurado!” ¿Por qué este pensamiento? Aunque Satoricha sea un sitio donde todos aprendemos y su tono sea más relajado, ya que su fin es compartir un poco de lo que sé con los demás y viceversa, actualmente me he puesto el objetivo de publicar todos los domingos. Aunque muchos digan que lo óptimo es publicar diariamente, en Satoricha me guio por la calidad y no por la cantidad. Empero, esta libertad no significa libertinaje, por lo que publicar una vez a la semana es mi objetivo semanal.
Pero, ¿qué pasa cuando no tengo historias, estoy bloqueado creativamente o simplemente no tengo tiempo? En este caso, a pesar de tener historias por doquier, no encontraba una que realmente llenara mi tanque creativo. ¿Será que Lamarre se equivocó? ¿Será que no tengo la habilidad suficiente?
Muchas veces esto sucede: imaginamos, planeamos, actuamos, hacemos todo lo posible, porque qué todo salga como queremos y pareciera que la ley de Murphy se apodera de nosotros y nuestros planes. Lo que puede salir mal, sale mal.
Fue entonces cuando recordé la guerra autodirigida mientras me afanaba por encontrar la historia “perfecta” por encontrar al autor “perfecto”; me despojaba de mis propias historias.
Esto sucede cuando permitimos que todo lo demás se sobreponga a nosotros y a nuestra esencia. En las sociedades actuales, es normal e inclusive necesario que una persona esté centrada en objetivos y que pueda cumplirlos, pero no consideran el factor humano. Si existen fallas técnicas en los equipos electrónicos, ¿por qué nosotros hemos de ser perfectos? Piensa en algo, muchas veces se nos es exigida la perfección. ¿Pero quién es perfecto para poder reclamarnos el no serlo?
Esto no significa que debamos bajar nuestros estándares de vida y que todo deba dejarse a la deriva sin valor alguno, no estaríamos auténticos, sino simplemente cayendo en algo peor que la farsa de la perfección.
La mejor manera de comprender esto es combinar a Sun Tzu y Rainer Maria Rilke apoyándose en interpretaciones de Robert Greene y Guillaume Lamarre.
Greene (2019):
“Cuando tu supervivencia depende de que combatas con celeridad, pues de lo contrario perecerás, te encuentras en el campo [de la muerte]. […] Ponlos donde no haya escapatoria, y morirán sin posibilidad de huir. Si han de morir ahí, ¿qué no serían capaces de hacer? Los guerreros empeñarían toda su fuerza. Cuando se hallan en peligro extremo, no temen. Cuando no tienen a donde ir, se mantienen firmes; cuando fijan en algo su atención, logran lo que se proponen. Si no tienen otra alternativa, combatirán —El arte de la guerra, Sun-tzu."
Lamarre (2018):
“ ‘Nuestros miedos más profundos son como dragones que guardan nuestro tesoro más preciado.’ - Rainer Maria Rilke
Ninguna persona, como tal, hace nada. No existe más que la “acción” o el “hacer” en sí mismo. […] El pensamiento personaliza la tarea, haciendo intervenir al ego […] Desde el momento en que tenemos una idea que llevar a la práctica, un trabajo que ejecutar o una misión que cumplir, nuestros pensamientos se ponen en marcha […] por lo general suelen adoptar un sesgo mucho más inquietante y destructivo: “Tú nunca has hecho eso”, “No sabes lo suficiente sobre la materia”, “El plazo es demasiado corto, no lo conseguirás”, y así sucesivamente. Las formas que puede adoptar esta clase de reflexiones son interminables. Tu mente baila así un paso a dos entre el pasado y el futuro. Estos pensamientos no tienen, sin embargo, más que un solo objetivo: matar tu obra antes de que nazca, obligarte a dejar la tarea para mañana. Estas pequeñas voces se comportan como un pequeño cancerbero que guarda un preciado tesoro. Steven Pressfield, autor de La leyenda de Bagger Vance y La guerra del arte, ha puesto un nombre a ese dragón: la resistencia.”
Con ambos contextos cumplimos con lo que manda Sun Tzu: “Por tanto, os digo: Conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo; en cien batallas, nunca saldrás derrotado. Si eres ignorante de tu enemigo, pero te conoces a ti mismo, tus oportunidades de ganar o perder son las mismas. Si eres ignorante de tu enemigo y de ti mismo, puedes estar seguro de ser derrotado en cada batalla.” Sun Tzu (544 a.e.c - 496 a.e.c)
Procedamos a darle forma a nuestra batalla: Imagina que estás parado en un campo de batalla, no uno de espadas y escudos, sino uno de decisiones y desafíos internos. Te encuentras frente a dos enemigos formidables: un acantilado ( la búsqueda implacable de la perfección) y un temible dragón de tres cabezas (el miedo). Tú eres un simple guerrero que, a pesar de su conocimiento y maestría de katas, lo único que piensa es en su imperfección. Dicho pensamiento ha impedido que conozcas tu verdadera esencia como guerrero. A diferencia de otras ocasiones te encuentras en la lucha por tu vida y delante de ti, el campo de batalla se divide en dos: la retaguardia, donde se yergue un acantilado llamado "Falta de Optimismo & Sueños" el cual se definiría como la muerte en vida, y la vanguardia, donde acecha el dragón Miedo con sus tres cabezas de Malogro, Desacierto y Torpeza
Solo tú decides si eliges tirarte al acantilado que en su profundidad te ofrece falta de optimismo & sueños por no ser perfecto y apegarte a la idea de perfección que los demás esperan de ti, o afrontar al Miedo sin importar que tan decidido esté a devorarte.
Sea cual sea la decisión que tomes, déjame decirte que nunca sabrás si tu imperfección puede ayudarte a derrotar al dragón o inclusive a domarlo. Al final del día, en este juego caótico de la existencia, la imperfección es nuestro sello de autenticidad.
Dejemos de ser tentados por el acantilado y afrontemos al dragón teniendo en mente "𝖎𝖑 𝖒𝖊𝖌𝖑𝖎𝖔 𝖊 𝖑'𝖎𝖓𝖎𝖒𝖎𝖈𝖔 𝖉𝖊𝖑 𝖇𝖊𝖓𝖊 -Lo mejor es enemigo de lo bueno-”. No busquemos ser perfectos, busquemos ser mejores en aquello que consideramos bueno, de tal manera que cada Malogro, Desacierto y Torpeza nos lleven un paso más cerca a ser mejores, convirtiendo al miedo en motivación.
Está en nosotros como decidimos qué adjetivo le ponemos a nuestro Dragón, este puede ser tu peor enemigo o tu mejor amigo.
~ Satoricha
Referencias
Greene, R. (2019). Las 33 estrategias de la guerra. Océano.
Klosse, P. (2013). The Essence of Gastronomy: Understanding the Flavor of Foods and Beverages. CRC Press.
Lamarre, G. (2018). La vía del creativo: Guía para reinventar nuestra práctica y nuestra mirada (Á. Marcos Lantero, Trans.). Editorial GG, SL.
Amnistiacatalunya. (n.d.). Comentario de textos. Comentario de textos. Retrieved April 28, 2024, from https://www.amnistiacatalunya.org/edu/2/txt/guerra-sun.tzu.html
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