El mundo de la gastronomía es sumamente amplio, no solo en términos de conocimiento, sino también en variedad de recetas. Esto se debe a que cada cultura y cada persona decide qué aspectos destacar en sus platillos. Las redes sociales han facilitado no solo la conexión entre personas, sino también el intercambio de recetas, lo que ha propiciado la creación de nuevos platos e incluso la adaptación de recetas de una cultura a otra, generando una fusión gastronómica increíble.
En esta ocasión, compartiré mi historia sobre cómo un video de cuarenta y tres segundos de duración me llevó a una aventura gastronómica de un año y tres días.
Como toda buena historia, hace falta el contexto. En este caso, el contexto es algo curioso. En el mes de junio del 2022, me encontraba matando algo de tiempo en Instagram. Nada fuera de lo normal, excepto por el hecho de que mi feed de Instagram es una mezcla de gatos, perritos de pradera con camisa y un montón de videos de cocina que van desde la elaboración de masa madre hasta cómo hacer omurice.
Mientras navegaba entre memes y videos variados, me encontré con una recomendación inusual: un video de Johnnykyunhwo sobre su segundo intento con algo llamado Cheong.
El Cheong es una técnica de conservación de alimentos, usualmente frutas, que consiste en igualar el peso del alimento con azúcar, es decir, si se utiliza 100 gramos de mora, se debe igualar con 100 gramos de azúcar, esto para ralentizar el proceso de fermentación.
En Corea, el Cheong se utiliza como un tipo de sirope para endulzar comidas o bebidas. Cuenta la historia que, en tiempos antiguos, estos siropes eran utilizados por la realeza, y existe una rama de preparación que se enfoca en los efectos medicinales de estos.
Fue tanto mi asombro y curiosidad por esta nueva receta que me atreví a intentarlo. Su preparación es tan sencilla, pero su resultado tan bueno que es como cuando tienes una bisagra que hace ruido. Le pones un poco de WD40 y te sientes como Bob el constructor. En este caso, te sientes como Remy de Ratatouille; después de todo, ¿no dicen que todos pueden cocinar?
Para mi primer intento, mi receta con garra fue la siguiente:
- 450 G. de Frambuesas
- 450 G. de Azúcar
- 10 G. de Houjicha (Gold - Obubu)
- 15 G. de Bancha (Kyobancha - Obubu)
¿Por qué decidí utilizar esos tés (Houjicha y Bancha)? Bueno, ambos tienen notas tostadas y a nuez con una intensidad moderada a alta, lo que podría resaltar el sabor de la frambuesa y crear una mezcla interesante. Sin embargo, había un factor desconocido: cómo influiría el azúcar.
A pesar de ser ácidas, las frambuesas contienen azúcar, y al añadirles su peso equivalente en azúcar, es bastante, realmente no sabía cómo iba a resultar. Decidí dejarlo reposar en el refrigerador ocho días.
Al final, obtuve un sirope denso de un color morado muy intenso, con un sabor que me encantó. Comenzaba dulce, pero mientras permanecía en el paladar, se podía sentir cómo el ácido de las frambuesas se mezclaba con las notas tostadas del té.
Una vez separada la fruta del sirope, decidí transferir lo restante de la fruta y el té a otro recipiente y agregarle una botella de Soju. No lo digo porque lo haya hecho yo, pero fue una de las mejores mezclas que he probado. El Soju, al ser una bebida con un sabor tan 'amigable', se integró muy bien con los sabores del Cheong.
Sin darme cuenta, había iniciado una larga aventura. Es curioso cómo, al intentar algo por primera vez, a veces la suerte nos sonríe, a lo que llaman "suerte de principiante". Esta suerte despertó en mí el deseo de explorar más a fondo el mundo del Cheong es decir si me sale bien a al primer intento es posible que el segundo salga aun mejor ¿no?
En aquel entonces, la tendencia de hacer Cheongs apenas comenzaba y encontrar información en inglés o español era casi imposible. Si hoy buscas 'Cheong' en Google, encontrarás una amplia variedad de recetas adaptadas a tus preferencias. Sin embargo, en aquel momento, mi única fuente fue un artículo que mencionaba cómo en Corea solían preparar esta delicia para la realeza e incluso la dejaban 'madurar'.
¿Qué significa "dejarlo madurar"? Según lo que recuerdo haber leído, implica dejarlo reposar durante más de seis meses. Algunos Cheongs eran dejados por un año entero e incluso más. En lugar de intimidarme, esto despertó en mí la necesidad de crear uno que durara un año completo.Así que sin miedo al éxito empecé los preparativos del Cheong de un año, tener que esperar tanto tiempo me hizo decirme a mí mismo -“la espera debe valer la pena”- es decir no iba a esperar un año por 500 gramos de Cheong, la espera debía valerlo, por lo que en mi emoción puse como mínimo 10,000 gramos es decir 10 kilos.
Lo más complicado era decidir qué sabores quería en mi Cheong, ya que esto determinaría toda la logística. Mi punto de referencia fue mi primer intento, por lo que era claro que debía ser una fruta interesante y claro llevar té.
¿Suena fácil no? Pues no lo fue tanto, había varios aspectos a considerar:
- Conseguir frutas de temporada en el último trimestre del año es algo complejo, ya que todos están enfocados en los tamales de fin de año por dicha algunos supermercados locales tenían Melocotones y Ciruelas Negras, elegí estas frutas porque el melocotón es esa fruta que es jugosa y dulce a diferencia a la ciruela negra que es menos jugosa y presenta cierta acidez y es astringente es decir ambos sabores se contrastan de manera leve
- El té debía mandarse a traer a otro país, en este caso fueron dos Japón y China, claro estos debían ser orgánicos porque cualquier químico agregado en la producción iba a repercutir en el sabor final del Cheong, por lo que opte por Houjicha orgánico (Japón) de Hibiki-An, el cual le daría ese sabor característico amaderado, sin embargo, no era suficiente, el Cheong debía tener cuerpo. Ya tenía textura de la ciruela, el sabor del melocotón, y aromas del Houjicha ¿qué le podría dar cuerpo? Fácil ¡más té! Por lo que utilice té negro orgánico Golden Monkey (China) de Teavivre que se describe como un té con sabor dulce con toques de caramelo y miel, te da una taza suave que revela los matices del regusto dulce, produciendo saliva en la boca.
- La bioseguridad era crucial, un descuido y si algo se colaba en la fruta o en los utensilios ponía en riesgo la integridad del proyecto por lo que se utilizó Star San un químico utilizado por Hombrewers para asegurar la integridad de las cervezas artesanales sin tener que preocuparse por jabones con aromas.
Al final la receta con garra para el cheong de 1 año fue la siguiente:
5,031 gramos de Melocotón (Importado)
5,021 gramos de Ciruela Negra / China (Importada)
10,051 gramos de Azúcar
200 gramos de Houjicha orgánico (Japón) (Hibiki - An)
200 gramos de Té Negro orgánico Golden Monkey (China) (Teavivre)
El día 31 de diciembre de 2022 a las 11:00 pm comencé a realizar el Cheong terminando al ponerle la tapadera con sus airlocks a las 4:28 am del 1 de enero del 2023, lo único que hacía falta por hacer era darle un nombre, el cual debía sé enigmático, ya que este al igual que su sabor darían personalidad a cualquiera que fuera el resultado el 4 de enero del 2024.
Termine nombrándolo Santé inspirado en la canción del artista belga Stromae porque en los días previos al Cheong hubo una mezcla de situaciones que podríamos decir achicopalan a cualquiera.
Pero como dice Stromae en Santé:
“Sí, celebremos a los que no celebran por una vez, me gustaría levantar mi copa por aquellos que no la tienen. A los que no tienen una. Piloto de avión o enfermeras, conductores de camión, azafatas Panadero o pescador, una copa a los campeones de las peores horas. A los padres jóvenes sacudidos por las lágrimas, a los insomnes profesionales y aquellos que sufren las penas de corazón, que no tienen corazón en las celebraciones Que no tienen corazón en las celebraciones”
Así que en homenaje a los que no pueden: ¡Santé! A veces nos vemos envueltos en el futuro y en nuestro propio mundo que nos olvidamos de valorar el presente, disfrutando cada aspecto del desde lo negativo hasta lo positivo, al final, el Cheong termino encapsulando algo más allá que solo sabor termino siendo un recordatorio.
Es imposible contarte sobre una receta de un año entero en solo un artículo, por lo que en la siguiente entrega me enfocaré no solo en el resultado final, sino en todo el aspecto “científico” detrás de este. Quien lo habría pensado, algo preparado por mí terminaría con un análisis de laboratorio.
Satoricha ~
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